Foto: Screenshot.
Me estoy moviendo.
Aunque confieso también que me estoy convertiendo en uno de esos seres porteños a los que les cuesta un poco ir a provincia. Igual, si hay poesía, estare ahí.
La tarde previa estuvo pesadísima, muy húmeda. Hasta cayeron algunas gotas. Después de una siesta peligrosa de apenas 15 minutos, y contra todo pronóstico, partí por primera vez para Ezpeleta.
Después del viajecito en subte, tren y uber, llegué hasta una casa que no daba la apariencia de estar a tono con el evento al que me habían invitado. Juzgué mal. Y no es la primera vez que me pasa, pero por fortuna, para bien.
Fui a hacerle el aguante a mi querida amiga Bar Malvar, sabiendo también que estarían otros personajes del mundo de la poesía con los que he compartido recitadas, Emir y Marcela. Era importante asistir porque se trataba de un primer encuentro poético en ese lugar, con la intención de dar una buena impresión para que Bar pueda seguir organizando eventos literarios en ese punto de encuentro. Creo que salió muy bien.
Apenas terminaron de recitar les poetas del lineup, alguien hizo un comentario sobre ese famoso libro de Baudelaire. Y sentí que se me prendió algo por dentro. En ese momento decidí participar de la fecha.
Esperé hasta el último momento del micrófono abierto, y les recité 3 poemas fuertecitos, a nivel conceptual, con la intención de abrir un poco el abanico e invitar siempre a que hagan su p-arte, que sean libres y felices, en armonía y se expresen.
Me gustó lo que pasó, creo que a la gente le gustó bastante la posibilidad que ofrece la oratoria poética. Me fui contento, sabiendo que el retorno iba a ser duro, sabiendo además que iba a dormir unas pocas horas. Pero lo valió, lo valió por las semillas de inquietud que creo haber dejado plantada por ahí. ¡Ojalá crezcan(,) gigantes!
¡Gracias por el recibimiento, @ ciclo de la tierra!
Poemas recitados:
LA VIL SEMILLA
POESÍA SANGRANTE
MÁXIMA
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