20.10.22

EL PACTO

Estoy condenado a vivir sin descanso. 
Es el pacto que quizás hice al venir: 
venir a remar en esta mezcla de cemento y arena, 
de sentimiento y mareas, 
para coincidir, al fin de cuentas, 
con tantos afectos. 
Valen la pena las penas. Valieron la pena tantas vueltas.
¡Es que de valor estamos hechos!,
¡el de los encuentros! 


Espero no tener otro post con este nombre.
No me interesa,
ya pe(r)dí la cuenta.

Escrito a partir de bosetos guardados en Google Keep.

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