voy a tomarles exámen:
¿Me pueden decir
qué fue
lo qué aprendieron
a partir
de la pandemia?
¡No puede ser que no hayan aprendido a sumar de verdad!
Los números no paran de hablar y de hablar,
y hay palabras que cuentan
a ciencia cierta,
sobre el bien y el mal.
Hay pistas avisando
de todo el desastre
que puede llegar a pasar,
si no aprendemos a cuidar,
o mejor dicho,
si no hacemos algo distinto
a lo que venimos haciendo,
sin parar,
desde que volvimos;
porque estamos fingiendo
como que no pasó nada,
que esto es lo mismo
y seguimos yendo.
Capaz sea el negacionismo a partir del miedo,
o ese maldito factor de acostumbramiento
que nos mantiene quietos,
mientras el mundo se prende fuego
sobre un cenicero,
teniendo muchísimos matafuegos
que ya pasaron de su fecha de vencimiento,
y además también tenemos mucho hielo,
pero seguimos prefiriendo meterlo en un vaso,
mientras grabamos un video en vivo
para que lo vean los hijos
de algún insecto
que heredará el mundo,
si es que no estamos dispuestos
A CAMBIAR EL CURSO, DE INMEDIATO.
Acá hay un dios todopoderoso, abajo mío,
que me dice que quizás nos deba quitar
algo todavía más valioso,
para que reaccionemos
y entendamos
que el valor de la humanidad
es inmaterial.
Hicimos ese curso acelerado
de supervivencia,
que se hizo viral,
que duró más de la cuenta,
y por un momento nos dimos cuenta
que un abrazo valía más que un celular,
más que un Bitcoin o que un Ethereum,
y ese es un detalle importante,
porque no hay que olvidarse,
que todavía no vivimos la caída del mundo digital,
y ese día el mundo se puede llegar a desmoronar,
y nadie te va a venir a salvar,
ni yo,
ni la nueva inteligencia artificial,
¡pero creeme
que yo
te quiero!,
capaz no te conozco pero yo te quiero
y quiero asegurarme que vas a estar bien, al final,
que vas a salir de tu lugar,
que vas a cruzar una puerta
y vas a ver
si hay alguna manera de mejorar
un poco, todo.
No esperés una solución mágica del cielo,
ni de este poeta que tampoco es tu maestro.
Yo solamente vengo a molestar un poco
en su hora libre.
Y no quiero irme sin antes
darles aliento y decirles,
que en este exámen no existe un puntaje perfecto,
aunque si hay que superar pruebas...
pero se promociona con simples hechos,
con acciones y gestos
hasta los más sutiles y sencillos,
si son sinceros,
como estos versos.
A toda la clase, le digo,
¡quiero que sepan que
en ustedes confío, a pleno!
Uff...
miren la hora...
...salgan al recreo,
¡vayan a jugar al patio!
PD/ nota de autor: sos un 10.
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