Tan simple puede ser,
el mundo entero puede caber
en un bolsillo,
o en una nuez.
No hace falta que te invite a ver
lo que
tenés:
mirá tu palma y después
sabrás
que hacer:
mover montañas.
Tan frágil puede ser,
el mundo entero se puede caer
del precipicio
donde lo dejé,
pendiendo de un hilo de té
que tomé,
cada vez,
las más posibles.
Tiré,
se partió,
y de ahí salió
otro mundo increíble.
Saltan los fusibles,
de una patada,
sentí la descarga.
Tan sensible puede ser,
el mundo entero puede parecer
como un cuchillo
con sabor a miel,
dependiendo de qué lado estés.
Mal o bien,
el dolor
y el placer,
coexisten.
El nivel
del badén
va en función
del salto que ya diste.
Cambian los fusibles,
de una patada,
sentí la descarga.
(Canción)
La canción surge de un regalo de Juan. Cuando le agradecí en un WhatsApp por las "nueces de Río Negro" le dije que eso sonaba a título de canción. Y bueno.
Gracias Juan por todos los momentos de enseñanza y compartir la pureza de tu ser, como maestro, aliado y amigo.
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