31.3.23

RECOVECO

Estas son fechas sensibles, las siento.
Se parecen al frío cuando se mete entre los huesos.

Estoy acá, circulando, y mientras tanto,
hay tareas procesándose, en segundo plano,
usando recursos.
Finales de marzo, y lo que sigue.

Si me centro, 
siento que estoy extrañando a cántaros. 
Extraño tanto como es posible.
Pero quizás sea absurdo. 
Que la lágrima no vuelva al ojo es absurdo. 
Ahora no estoy llorando. 
No puedo decidirlo.
Si pudiera, lloraría un rato. 
No elijo los cuándos.

Me entristece, a veces,
no saber dónde se encuentran mis seres queridos.

No me cuesta demasiado, imaginarte existiendo.
Hay momentos en los que te pienso y sonrío.
Fui descubriendo
que soy esto que siento cuando no me mira nadie.

Toda la vida me estuvo preparando para este tramo...
pero todavía me desespero,
porque no puedo saber si me estarás buscando,
como yo a vos, desde otro lado.
No sé qué hay allá.
No sé si hay alguien a quien hallar.
Y me enloquezco.

Lamento no tenerte conmigo,
hablando estupideces y tomando este vino.

Tengo prohibido pasar por algunos sitios,
lugares a los que no pertenezco.
Pero me acerco, cuando puedo.
A veces me pierdo, pero estoy aprendiendo.
El mundo es un lugar realmente mágico...,
aunque a veces no lo entiendo, 
cuando te necesito, te espero y no te tengo.
Pero creeme cuando te digo,
si te digo
que nunca vamos a estar lejos,
si me seguís eligiendo,
en algún recoveco, 
en el infinito.


Cuando se me aparecieron esas últimas 3 palabras, del último verso, me llegó un llanto,
y lloré. 
En este momento, estoy tapado de pensamientos y de sentimientos. 

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