El maestro invita a pasar, a pensar
en un color que no existe, y es
el obsequio, la oportunidad de intentar
pintar las caras grises de
una nueva tonalidad, que no está
en el espectro visible.
¡Se hacen posibles
los matices del mundo,
cada vez más, cada vez más!
Esta es la prueba crucial,
habrá que estar preparad',
en el lugar indicado,
en el momento exacto.
Se necesita confiar
para alcanzar la superficie...
¡Cada vez más, cada vez más!
¡Se hacen posibles
los matices, eh!
Nos desbordan
los colores,
nos conectan.
Somos dioses,
nuestros dones,
se potencian,
al son de las frecuencias.
Iuiuiuiuiuiu
¡Cada vez más!
¡¡cada vez más!!
¡¡¡cada vez más!!!
El maestro invita a intentar, a entintar,
una canción para poder(la) ver.
Ouoh ouoh naraná
Ouoh ouoh naranana
(Canción)
A Juan Chiatello.
Mañana le regalaré esta canción a tan valioso maestro.
Gracias por enseñarme todo desde el primer momento, desde la primera clase, y esto es muy cierto, no estoy exagerando ni un poco. Y esto que destaco es algo de lo más valioso.
Gracias por abrirme las puertas.
Tengo grabada a fuego la imagen en movimiento de Juan acercándose a la entrada de su casa, para hacerme pasar, después de una larga caminata de sol y guitarra.
Sólo falta la montaña para que sea una verdadera historia oriental.
En cambio, subimos por una escalera. Bebemos agua y después una *infusión particular (mate), justo antes de dirigirnos a los asientos bajos de clase de yoga. (*"Lejos, el azul", de Phonalex).
Las clases multicordales de Juan son parte de una idea pendiente de hace años, que hoy estamos empezando a cumplir por la profecía de la música¡!
La letra propone también un juego en el que el alumno también puede enseñarle algo al maestro. Juan es definitivamente receptivo y abierto a las ideas que le acerco.
En la anterior clase, él me enseñó sobre la resonancia de armónicos que provienen de cierta área de la mandíbula o nariz al unir los sonidos de la "i" con la "u". Sé que le va a copar que haya incluído así ese detalle.
La parte que repite esos "cada vez más" son parte de una subida tonal, de un Do, a un Fa y después a un Sol, todo desde la voz de pecho. Estuvimos practicando ese ejercicio a partir de un cover de Fito Páez.
La canción está en un La abierto, que se resuelve al final como un La Mayor.
La canción es parte de un experimento. Es simple, de pocos acordes, pero llena de variaciones.
Es bueno empezar con algo sencillo antes de encarar lo que se viene, a partir de ese arpegio que apareció durante una de las caminatas. Este arpegio menor me tiene un poco inquieto. A Juan también le causó curiosidad, y eso fue antes de que apareciera una parte fundamental de los acordes, que también harán su aparición en la siguiente clase, a modo de muestra.
¡Esta historia continuará!
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